El Buen Fin tiene sus raíces en la interacción de diversos elementos y fundamentalmente en la necesidad de generar una reactivación de la economía mexicana, una especie de empujón que pusiera la rueda a girar. Es una idea estratégica para estimular el comercio relativamente estancado durante los años posteriores a la crisis financiera de 2008, esto es; sin crecimiento en el consumo interno, ósea los mexicanos no comprábamos mucho y si bien la venta no decaía tampoco crecía. Se necesitaba algo así como un Shot para impulsar el crecimiento. En 2011, el gobierno mexicano, en colaboración con diversas instituciones públicas y CANACO SERVYTUR, decidió implementar un programa de descuentos y promociones para estimular la actividad económica durante un fin de semana largo, entonces nació El Buen Fin. El objetivo era claro: incentivar el consumo y reactivar el comercio. beneficiando tanto a comerciantes como a consumidores.
Desde su inicio, El Buen Fin fue acogido como una fiesta de oportunidad, el entusiasmo mexicano por las compras es reconocido y evidente, tanto que muchos ya desde años atrás se daban gusto con el evento similar conocido como el Black Friday en Estados Unidos. De hecho, la idea del Buen Fin es una emulación del Black Friday, esto es un día después del día de acción de gracias, día de celebración nacional en Estados Unidos. Tradicionalmente las tiendas en USA realizaban una venta de liquidación por fin de temporada con grandes descuentos para desplazar las mercancías del otoño y dar entrada a la venta de artículos de la temporada navideña. En Mexico sabiendo que muchos paisanos acudían a las famosas ventas de liquidación del otro lado de la frontera, se nos ocurrió la brillante idea de hacerlo justo una semana antes a fin de captar la mayor atención de los consumidores con capacidad de compra. Hoy día a 12 años de su primera vez, El Buen Fin abarca todos los sectores del comercio, productos y servicios para todo tipo de consumidores indistintamente de su capacidad de compra.
Es imposible no darse cuenta de que El Buen Fin está aquí. En las tiendas, en los supermercados, todas las marcas, en las plazas, en los negocios de todos los tamaños, de todos los giros, la epidemia de El Buen Fin no perdona nada y son tan entusiastas y creativos los anuncios de El Buen Fin que es imposible no echarle una miradita a la pantalla super inteligente de 55” pulgadas o a los precios de hotel para Semana Santa o las Vacaciones de Verano del próximo año con descuentos hasta del 60%. Y además de los descuentos, están a la orden del día los 18 meses sin intereses y los puntos dobles y triples de los clubes de lealtad y el cupón de descuento para la próxima compra y el 2 X 1 y el segundo y tercer articulo a mitad de precio, y en los restaurantes no faltan los cupones de alimento con promoción, los aperitivos y entradas gratis. Es de admirarse la gran cantidad de modelos de descuento y ofertas que somos capaces de inventar para lograr el objetivo, vender, vender, vender con la gentil ayuda del consumidor cuyo deseo es comprar, comprar y seguir comprando.
El Buen Fin es para muchos la gran oportunidad, la idea central es que los consumidores aprovechen estas ofertas para realizar sus compras de fin de año a precios más accesibles.
El Buen Fin no solo se ha convertido en una oportunidad para los consumidores, sino que también ha demostrado ser un motor significativo para la economía mexicana. En los últimos 5 años, la recaudación de ventas durante este periodo ha experimentado un crecimiento constante, evidenciando el impacto positivo que tiene en el sector comercial.
En el inicio 2011, los números son interesantes, se logró el propósito original, tener un despunte en las ventas, habiendo logrado del 15 a l 20% de incremento respecto del mismo periodo en el año anterior y la página oficial de El Buen Fin recibió más de 4.5 millones de visitas en 3 días.
En 2020, a pesar de los desafíos impuestos por la pandemia de COVID-19, El Buen Fin demostró su resiliencia al adaptarse al entorno digital. Las ventas en línea se dispararon, con un aumento de poco más del 200% en comparación con el año anterior. Esta adaptación a las circunstancias actuales subraya la flexibilidad y capacidad para redireccionar los esfuerzos de marketing y la favorable respuesta del consumidor para con los nuevos modelos de comercialización en la era digital.
A medida que El Buen Fin se consolida como un fenómeno anual, las perspectivas futuras son optimistas. Se espera que el evento continúe expandiéndose, atrayendo a más consumidores y comerciantes por igual a fin de lograr ventas por encima de los 140,000 millones de pesos en 2023. Vale la pena enfatizar la adopción de prácticas sostenibles y socialmente responsables para evitar fraudes y prácticas de publicidad engañosa que merman la imagen del evento y el bolsillo de los consumidores.
El Buen Fin es un acontecimiento comercial que se ha enraizado en la mexicanidad, es una marca ya reconocida y sin duda estará con nosotros mientras haya productos y servicios que comprar, lo importante de esta fecha será ofrecer al consumidor verdaderas ofertas y hacer consumos responsables para mantener en buena estima esto que se ha convertido en una tradición que transforma la manera en que los mexicanos compramos y, al mismo tiempo, impulsa el desarrollo económico del país.